29/7/17

Spider-Man: Homecoming

Hay cierto entusiasmo generalizado con el nuevo Spider-Man. La mejor peli de Marvel, la mejor peli de Spidey…
Yo no lo veo.
Quiero decir que no veo a Spider-Man. No lo he visto en toda la peli. Porque este nuevo superhéroe no es Spider-Man. Es un tío con el traje de Iron Man y los colores de Spider-Man. Es Tony Stark adolescente disfrazado con la malla de Spider-man. Es Iron Man con reflejos.
La peli avanza a base de gracietas slapstick. Y los tiempos de El gordo y el flaco se acabaron hace mucho. Iron Man (perdón, Spider-Man) va por ahí dándose mamporros, tropezando, chocando. Contra todo. La anti-elegancia personificada, lo contrario a la agilidad que presuponemos al chaval. ¿No debería Spider-Man esquivar esas cosas con su sentido arácnido?
Uno de los aciertos de Marvel, en otras ocasiones, fue introducir el humor. Esta vez se han pasado. Además es un humor poco inteligente, elemental. Vale, seamos sinceros: es un humor facilón, tontuno. Y el humor de Spider-Man estaba en sus diálogos vivarachos, no en darse golpes. Pensé más de una vez en Capitán Calzoncillos, así que figúrate. Capitán Calzoncillos con el traje de Iron Man. Pintado como si fuese Spider-Man.
Advierto que este nuevo superhéroe tiene algunas cosas buenas, algún giro de guión interesante y un par de ocurrencias majas. Después de la primera hora hay un rato incluso entretenido.
Tercer reinicio de Spider-Man, tercer destrozo del personaje.

No hay comentarios: