Okja

-Qué pena tener que contar esas mentirijillas.

Los festivales de cine no van de cine. Van de lo que hay alrededor del cine. Por eso Okja llegó a Cannes y la lió. Antes de que nadie la viera ya armaba jaleo. Y publicidad gratuita para Netflix. Los progres (carcas anticuados por definición) estuvieron en contra, la gente que vive en el mundo real estuvo a favor.

Okja. El súper-lechón. La solución al hambre o un atentado genético. Bondad o negocio. Y para alguien más un factor sentimental. He ahí la cuestión. Algo así como Marco cruzado con Liberad a Willy, actualizado a los tiempos modernos y en versión porcina.

Es el Bong Joon-Ho de siempre. Genial y ridículo a partes iguales. No es que unas veces sea genial y otras ridículo. Es que es ambas cosas a la vez.

No es de las mejores pelis del director. Sin la polémica previa, la crítica podría haberla valorado como una comedia con toques inteligentes de drama y poco más. Un histriónico Jake Gyllenhaal sobra por completo. Una histriónica Tilda Swinton que sabe controlar incluso los personajes histriónicos. Perdón: dos Tilda Swilton. Un Paul Dano equilibrado que sabe cuándo aportar un matiz histriónico.

Y además Giancarlo Esposito, Shirley Henderson y Lily Collins. La cosa es esta: los personajes secundarios no están bien desarrollados. Apuntan maneras pero el director se olvida de ellos.

Una película agradable, una reflexión ecológica sin extremismos, un cuento bien narrado.