Veo
muchos dibujos animados y tengo que empezar a medirme. Sobre todo porque, como
en cualquier otro género del cine o de la televisión, cada vez se hacen más. Y
eso no significa que sea mejor. De hecho, suele ocurrir lo contrario.
Capitán Calzoncillos viene con una amenaza
explícita en su título: su primer peliculón. Como dando por supuesto que habrá
un segundo. Y hasta un tercero y un cuarto…
Bien.
Yo no estaré ahí para verlo. No me pareció mala película, lo advierto. Al menos no del todo. Está
bien, supongo, si eres un crío. Tiene ocurrencias muy divertidas, algunas de
ellas verdaderamente brillantes. Pero me pasa como con Lego Batman: La película. Es un barullo, un caos, una sucesión
incesante de locuras. Ese montaje trepidante no es ritmo. No puedes disfrutar
de las bondades (posibles) de la historia porque de inmediato ya estás en otra
cosa.
Y
al igual que con El bebé jefazo
es demasiado caótica e incoherente. Al principio le ves un puntín interesante y
el desarrollo lo echa todo a perder. Cuanto más avanza, más incomprensible y
sin sentido resulta el argumento.
En
la próxima peli de dibus pediré garantías por anticipado. Salvo que sea de
Ghibli o Pixar, claro. En ese caso se ve, pongan lo que pongan.
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