No me ha convencido
tanto como las anteriores, pero sigue teniendo un nivel altísimo. Sus seis
capítulos de duración son perfectos para imponer un ritmo trepidante, sin
rellenos, sin pérdidas de tiempo.
Esta vez tenemos a Thandie
Newton como estrella invitada, es decir, como policía investigada por sus
colegas de Anticorrupción. La unidad AC-12 es la protagonista de esta serie que se ha convertido, por derecho
propio, en una de las mejores policiacas del Reino Unido, justo por
detrás de Happy Valley. No sé
si Sherlock entra en esta
categoría.
La pregunta que me
planteo es muy sencilla: si anti-corrupción no la hubiese investigado tan
rápidamente, ¿habría resuelto el caso correctamente, habría liberado
oportunamente al chico, habría dejado de cubrir las espaldas a su jefe?
Probablemente sí. Es anti-corrupción la que desencadena todas las
circunstancias agravantes. Indirecta e involuntariamente, haciendo lo correcto,
pero aun así, siendo la causa primera.
Un gran final. ¿Sigo siendo policía? Y demuestra lo
buena que es, lo que podría haber sido, con libertad de movimientos. En cambio
hay personas injustamente encarceladas, una que no anda y otra sin una mano.
Y sí, esos larguísimos
interrogatorios siguen siendo una delicia, una partida de ping-pong donde la
bola no se gana hasta el último segundo.
Es una alegría saber
que está renovada para una quinta temporada.
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