Agents of Shield. Temporada 4

Pasaron muchísimas cosas desde que el Motorista Fantasma hizo aparición. El tema de fondo era: hagamos felices a todo el mundo.

Ya dije que esta temporada es como una respuesta al capítulo de San Junipero de Black Mirror. Felicidad de las inteligencias artificiales, felicidad de un mundo virtual. Me gusta mucho porque muestra los extremos de maldad a los que puede llegar una buena persona cuando sus deseos de felicidad se cumplen.

Y la felicidad, por supuesto, acaba en lo opuesto: la desesperación absoluta.

El Framework otorgaba esa felicidad. La serie flojeó en esos 4 capítulos con todos encerrados en el Framework. Fueron capítulos de relleno (demasiados) porque todos sabíamos que las cosas volverían al origen.

Pero salvo esa excepción fue una temporada potente en sus aspiraciones de observar las distintas perspectivas, sin descuidar a los personajes. Qué distintas la May real, la May robot y la May virtual. Ella misma pero con toda la vida alterada por diversas decisiones. Y el Fitz real, el hombre bueno, convertido en asesino de masas en un mundo virtual. Y todo porque consiguió la felicidad: restaurar la relación con su padre.

Lo mejor sigue siendo su habilidad para conjugar tantas tramas y tantísimos personajes sin que resulte incongruente (que aprenda todo el DCverso con su cursilería blanda) y, pese a la acción, con presencia de verdadero drama.
Aún no hemos visto el lado más oscuro de Yo-yo, pero fue la última incorporación y, probablemente, nos lo toparemos más pronto o más tarde.