Mañana se estrena Baahubali: La conclusión, sin que
llegara a estrenarse Baahubali: The
Beginning. Te recomiendo que veas la primera, claro.
Es una de esas pelis
colosales que en occidente ya no se hacen, pero que en India les encantan y
cuando se ponen…
Dos horas y cuarenta
minutos de duración (y la segunda parte será de tres horas y cuarto), travellings
aéreos imposibles, un preciosismo exagerado (la chica envuelta en mariposas
azules, la serpiente verdidorada deslizándose por la flecha), apoteósicas
construcciones, alucinantes avalanchas de nieve, miles de extras, batallas espectaculares
(esas sábanas gigantes o ese carro “segadora”).
Es muy difícil juzgar
el cine indio. Yo diría que esta película se encuentra entre lo ridículo y lo
colosalmente épico. Pero es probable que allí no conciban lo uno sin lo otro,
lo dramático sin lo cursi, lo grandioso sin lo cómico. Todo forma parte de la
vida y lo integran.
Y sí, de vez en cuando,
se arrancan con un baile abrumadoramente colorista.
Baahubali es una mezcla
de Moisés, de Hércules, de Ben-Hur.
Es un héroe de leyenda, de enorme fuerza, un tipo de pueblo sencillo que descubre
que está destinado a algo más grande.
Una película enorme en
todos los sentidos. Se esfuerzan en que cada plano sea bonitísimo, perfectísimo,
él no va más. Y muchas veces se pasan. Lo mejor que he visto de Bollywood
aunque muchas cosas me rechinen. Y sí, me apetece ver la segunda parte.
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