29/1/17

Vivir de noche

-¿Le apetece tomar algo mientras roba?
Ben Affleck vuelve a dirigir muy bien. Pero no lo hace tan bien a la hora de escribir.
Dirigir: una ambientación de los años 20 y 30 impecable, buenos diálogos y un puñado de escenas magníficas, bien planificadas, elegantes, con algunas situaciones novedosas.
Escribir: no hay un centro. La historia no está entrelazada. Los relatos son como cuentos independientes que se suceden uno a otro. Aparecen de súbito y desaparecen de golpe para dar paso al siguiente: primero la mafia irlandesa, luego la italiana, luego la cubana, luego el Ku Klux Klan, luego la predicadora… Y le sobran los múltiples epílogos.
Esa descompensación duele porque pudo ser una gran película. Pero merece la pena aunque sólo sea por ese tiroteo final en el hotel y, sobre todo, esa conversación entre el propio Affleck y Elle Fanning en la cafetería donde la chica, con los pocos minutos que tiene, se lleva el gato al agua. Gran escena.
Logra ser intensa y con un ritmo eficaz. Me encanta el encuentro con el jefe del Ku Klux Klan
-¿Me amenazas con otros tíos que están por encima de ti?
-Así es.
-Entonces, ¿qué coño hago hablando contigo?

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