Para muchos ha sido la
serie española revelación de 2016. Tiene su cosa, sí. Algo diferente. Pero yo
no acabo de verle tanta innovación como se pretende.
Hace poco dije que ¡Canta! me había ahorrado el
patetismo. Paquita Salas no me
lo ahorra. No me refiero a que el personaje sea patético pues es lo que se
busca. Y eso está bien. Me refiero a que la serie lo es. La habitual caspa
española. La ves cinco segundos y sabes que es española y sólo puede ser
española. No logra trascender y, por tanto, su humor es muy limitado. Y eso, en
un personaje patético, es mortal.
Tampoco me gusta esa
cámara. Una cosa es que quieras darle un tono documental y otra que se emplee
el zoom incesantemente como recurso.
Reconozco que las
interpretaciones están muy bien. Brays, desde luego. Hay que ser un
genio para (dejando al margen que es un hombre) encarnar a Paquita. Belén
Cuesta me parece la más divertida. Además saben que el formato adecuado debe
ser de 20-30 minutos, no de hora y diez.
Me gustó especialmente
ese descenso al intimismo de su pueblo en 1x03. Pero creo que necesita subir en
ambición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario