Tres cadáveres en una
casa. La poli sabe quiénes son. Eran. Todo el pueblo lo sabe. Pero en el sótano
aparece un cuarto cadáver, desconocido, de una mujer desnuda medio enterrada.
Una Jane Doe.
Los llevan a la morgue.
Los forenses son un padre y un hijo. Los tres cadáveres conocidos tienen una
explicación. Jane Doe, no. Cada vez es un misterio mayor.
El comienzo parece una
labor policial basada en el más minucioso análisis forense. Eso significa que
es necesario estómago porque es muy detallista. Luego, poco a poco, al mismo
tiempo que el cuerpo de Jane Doe va mostrando rarezas, lo policial va derivando
hacia el terror.
Tratar de matar al
cadáver de Jane Doe no va a ser fácil.
André Ovredal, el director noruego de Trollhunter, entra en Hollywood con
esta película, normalita pero funcional. Es resultona pero sin nada especial.
Pero creo que se le puede sacar mucho partido a esta Jane Doe. Ha dejado la
puerta abierta para una segunda parte (o muchas más) que puede dar mucho juego.
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