El doctor Milgram determinó los 6
grados de separación, pero también realizó interesantes experimentos de
obediencia y la influencia del grupo.
Durante el juicio a Eichmann, experimentó
con 800 personas. Obedecían para infligir dolor a otro. Dudaban, protestaban,
se quejaban… pero seguían aplicando dolor porque un experimentador, un
científico, se lo mandaba. No importaba si eran hombres o mujeres. Sólo el 35%
se detenían.
La pregunta es: ¿cómo se institucionaliza el
terror, las matanzas?
Gran parte del metraje se basa en esos
experimentos, cosa que podría convertirlo en un visionado angustioso para
después volverse aburrido. El director rompe el discurso de ideas haciendo que Peter
Sarsgaard hable a la cámara y utiliza fondos falsos en ocasiones
desconcertantes.
No es un peli ágil y fluida pero sí muy
sugerente, a ratos perturbadora. Su gran acierto es centrarse no tanto en la
vida de Milgram como en sus ideas.
Wynona Ryder demuestra que puede
ser gestualmente sobria si el guión lo pide.
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