18/8/16

Encuentros en la tercera fase

Para mí, el gran misterio de esta película, es cómo lo hizo Spielberg para conseguir que François Truffaut participase en ella. Tú ves la forma de dirigir de uno y otro y parece que ahí no hay ningún punto de conexión. Aunque tal vez Farenheit 451, temáticamente, les emparenta de algún modo.
Da igual. Misterio aparte (y es bueno que las cosas guarden siempre su misterio) Encuentros en la tercera fase es una de esas rarezas de ciencia-ficción donde los alienígenas no son el enemigo a batir. Alienígenas amigos. Vemos poco eso.
Y ni siquiera a ello se le dedica mucho tiempo. Es una película sobre el asombro, sobre la sorpresa, sobre la capacidad del hombre para sentirse anonadado ante el misterio. Cuanto más grande es nuestra sorpresa (nuestra obsesión) ante el misterio, más humanos somos.
Hay cosas que, hoy, no me gustan. Los muchos minutos que roba el intento de los militares para impedir el acercamiento de los curiosos. Pero hay cosas fascinantes. Esa profundidad de campo en la Torre del Diablo, con los protagonistas en primer plano y el campamento científico a lo lejos. Sí. Spielberg sabía que era un plano maravilloso y vaya si se regodea en él, sacándole el máximo partido.

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