El problema que planteaba Watchmen era: ¿quién vigila a los
vigilantes? ¿Quién controla a los superhéroes cuando se les va la pinza?
En Powers,
esa misión, la desempeña la brigada de policía Powers. Sólo que los polis no tienen
súper-poderes. Y lo tienen difícil porque en dos temporadas se han tenido que
enfrentar a dos superhéroes de nivel 10 que acabaron tarumba.
Se ha desligado por completo del cómic. Los
parecidos con el original son pura coincidencia. Se ha fortalecido mucho
narrativamente. Es menos difusa, está más centrada, se repite menos, tiene un
objetivo claro.
Y, con todo, aún le cuesta un triunfo lograr
algunas cosas. New Unity, por ejemplo. Ese grupito de supers ha empleado toda
la temporada en formarse y no ha terminado aún de hacerlo. Y, funcionalmente,
apenas pintan nada. O el control del FBI. Aparece y desaparece y ya. Relleno.
Puro relleno.
Su forma de observar a los superhéroes es
original. La idea se la dio el cómic. Pero la serie no aporta nada original. Y
debería.
En fin. Algo han mejorado. A ver si
consiguen dar otro largo paso en la siguiente temporada.
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