Una tribu de África defiende fieramente las
minas de diamantes de Opar. Pero están dispuestos a cedérselas al rey Leopoldo
de Bélgica si éste les entrega a Tarzán.
Pero Tarzán se ha casado con Jane, vive
pacíficamente en Londres y no le apetece nada volver a África. Hace mucho
calor. A Leon Rom, delegado de Leopoldo en el Congo, se le ocurre que
secuestrar a Jane puede ser una buena idea.
-Un hombre normal haría lo imposible por
salvar a la mujer que ama. Mi esposo no es un hombre normal.
Creo que nadie pedía un Tarzán realista. Tarzán tiene que
hacer alguna fantasmada, algo épico, algo extraordinario, algo que está por
completo fuera de las categorías habituales. La peli es poco espectacular. O,
mejor dicho, es poco intensa. El libro
de la selva tenía muchísima más fuerza.
No está mal pero tampoco es sólida. No la
salvan Alexander Skarsgard ni Margot Robbie ni Chritoph Waltz.
La salva Samuel L. Jackson, que aporta los toques de humor. Lo demás es
muy sencillo y previsible.
Acción. Falta acción. Se desangra por falta
de acción. Pero al fin y al cabo es una aventura y tampoco se hace pesada.
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