25/7/16

La correspondencia

Giuseppe Tornatore tiene en su haber obras maestras y grandes peliculones. Cinema Paradiso, Pura formalidad, La leyenda del pianista en el océano… Ante alguien que dirige esto hay que quitarse el sombrero, inclinar la cabeza, rendirle homenaje.
Otras veces es para coger y darle una paliza. Por pesado.
La correspondencia se encuadra en esta última sección. La que te dan ganas de averiguar donde guarda el coche y rayárselo hasta que no se sepa de qué color es.
Amy Ryan (no la actriz, es el personaje que interpreta Olga Kurylenko) estudia astrofísica, es amante de su profe (Jeremy Irons) y, además, es especialista de cine en escenas de riesgo.
La peli cuenta su relación a través de e-mail, whatsapp, skype, cartas convencionales… Su relación en retrospectiva. Porque él ya está muerto, aunque ha previsto que a ella le sigan llegando mensajes. No te cuento nada esencial, no te preocupes, te enteras enseguida.
Dos horas muy repetitivas, pesadas, que cuentan poca cosa, casi nada. Hay que destacar el esforzado trabajo de Kurylenko y considerar que quizá Tornatore haría un buen film de acción a juzgar por las escenas que ella rueda.
Bonita en planificación, casi nula en contenido, aburrida hasta decir basta. Y un poquito cursi también.

No hay comentarios: