Otra de esas películas de Jaume
Collet-Serra, puramente comerciales, concebidas para hacer un taquillazo.
Que no es cosa mala.
Veamos. La peli está muy bien rodada. Las
escenas de surf, los ataques del tiburón, ese zarandeo por el fondo marino…
El problema es que el guión es prácticamente
nulo. Se trata de ver cómo Blake Lively sobrevive (o no) entre dos
peñascos, una boya y el lomo de una ballena muerta. Hay tensión, el ritmo se
lleva bien pero ya está.
Da para lo que da. Que no es mucho. Y el
director parece consciente de ello, de ahí que eche el resto en un par de
escenas y termine cuanto antes (dura sólo hora y veinte).
Es también una de esas pelis en las que me
dan ganas de contar el final. Así que termino yo también para que no se me
escape.
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