Hay un tipo de magia que requiere un
voluntario y unos espectadores. Ambos pueden disfrutarla por igual. El error de
Ahora me ves 2 es que los
únicos sorprendidos son los voluntarios,
no los espectadores de ficción. Aunque, al menos, el espectador de cine está en
el lugar del voluntario, no de los espectadores de la ficción.
Ya sé que suena lioso pero lo entiendes en
cuanto lo ves. Ese final es un aspecto tremendamente débil que debería haberse
subsanado apenas apareció en el guión. En mi opinión destruye la película por entero y realmente no llega a sorprender pues es algo que suponemos.
Tampoco tiene el ritmo brutal de la primera
parte. Sí tiene sus cosas positivas. Ese Daniel Radcliffe anti-mago, su
padre, el juego de Morgan Freeman y algunas otras sorpresas agradables.
La secuencia de la carta-chip. Es graciosa,
divertida, pero prolongarla tanto va en contra de la credibilidad. Es pasarse.
Sigue siendo una película en la que, con
hipnotismo y unos cuantos aderezos, todo es posible para engañar al ojo.
Los jinetes se han convertido
definitivamente en leyenda y seguramente volverán. Esperemos que con más calidad en su magia.
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