Una de las cosas que Dory no nos había
contado (porque ella lo olvidó) es que tenía padres. Un día ese recuerdo vuelve
a su mente y decide emprender viaje en su busca. Por supuesto Marlin y Nemo serán
arrastrados a la aventura.
-Soy nueva recordando pero algo me dice que
serán peces azules con amarillo.
La película tiene unas ocurrencias
impresionantes, golpes de humor divertidísimos. Ese es su gran valor porque
tiene dos grandes problemas. El primero es que se parece demasiado a Buscando a Nemo y el segundo es que
se vuelve demasiado repetitiva en su bucle de captura, rescate, captura,
evasión, captura, rescate.
Ya lo sabíamos: sólo Toy Story ha soportado continuaciones a un gran nivel. Las
segundas partes de Pixar no han sido su fuerte. Y la presente, sin ser mala, no
está a la altura que debiera.
A ratos logra sorprender (qué gran escena la
del camión) pero también llega a cansar un poco con sus idas y venidas,
fabricadas con el objetivo de llegar a los 90 minutos.
Los nostálgicos de Buscando a Nemo no deben perderse la escena tras los títulos de
crédito.
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