Dejé The
Blacklist, dejé Quantico
(tres episodios), dejé muchas de este estilo tras el piloto. Pero he llegado al
final con Blindspot con
algunos trompicones.
Chica con el cuerpo tatuado, que no recuerda
nada, surge de una bolsa de viaje. Su ADN dice que es Taylor Shaw, una niña
desaparecida hace 25 años. Los isótopos dicen que no. Cada tatuaje apunta a un
delito que el FBI tiene mucho interés en resolver.
Como siempre los personajes son lo
importante, lo que me enganchó. Poco a poco van mostrando nuevos ángulos y no
descuidan la evolución de los 6 personajes principales además de muchos
secundarios.
De nuevo: 23 capítulos son demasiados. Hay
muchos de relleno. Y hay cosas de esas que no me gustan nada: no te lo puedo
contar ahora, te lo contaré en el próximo capítulo y eso otro te lo cuento tres
capítulos más allá.
Pese a todo está bien engrasada en la trama
general y el final está logrado. Jane Doe no sabe qué doble juego está
haciendo, quiénes son los buenos y los malos.
Aunque, si lo pienso bien, igual es la voz
rasposa de Jaimie Alexander la que me engancha.
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