Está muy lejos de Borgen. La Bedrag
económica se queda muy lejos de la Borgen
política. Aunque claro, si uno compara a Bedrag
con la americana Billions entonces
gana por goleada.
A Bedrag
le sobran capítulos y tramas. Le sobran los dos delincuentes y le sobran
vueltas y revueltas sobre temas ya explicados. Pero no es la paranoia
rocambolesca e histriónica de Billions.
Bedrag tiene algo que la serie
americana ignora: sutilidad, credibilidad, medida.
Hace poco leí una entrevista a Fukuyama
acerca de la democracia. La democracia en sí no vale nada si no es apoyada por
un estado de derecho, por una responsabilidad política y la ausencia de
corrupción. Y ponía a Dinamarca como sociedad a la que aspiramos todos.
Bedrag viene a ser un toque de alerta danés. El
miedo a la burbuja de las energías renovables y a la corrupción que eso genera.
Miedo a que les suceda lo que al resto del mundo con la burbuja inmobiliaria.
Y miedo a que acaben en la ruina o en la
cárcel todos excepto los verdaderos culpables. Sí. Ya nos suena. Su referencia
a España no es gratuita.
Interesante, pero le falta ese carácter
unitario que tenía Borgen.
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