El hundimiento sigue siendo la película sobre la II Guerra
Mundial que más me ha gustado. Por eso, el regreso de Oliver Hirschbiegel
a este tema me llamaba la atención. No esperaba que fuese tan buena como El hundimiento. Y no lo es, claro.
Tiene cosas muy logradas pero también otras
que son desaciertos.
Elser es un carpintero que ha procurado
permanecer al margen de la política nazi. Pero cada vez contempla con más
horror las injusticias que se cometen y decide poner una bomba en el local en
el que Hitler da un mitin.
La peli empieza con el atentado. Luego se
fragmenta en dos. Por un lado las torturas e interrogatorios, por otro la vida
pasada de Elser. Esto último le pesa mucho a la peli. Junto con momentos
interesantes (lo que ve y le hace reaccionar) hay muchos otros que importan
bastante menos. Pero, sobre todo, rompen la tensión y el ritmo.
Está muy bien la ambientación y esa puesta
en escena. Y tiene secuencias de gran fuerza, algunas bastante crudas (ese
ahorcamiento lento con cable, esos espasmos).
Es un guión no del todo depurado. Le sobre
metraje, pero es un retrato interesante de un hombre en conflicto: católico,
adúltero, débil, fuerte, inteligente, algo ingenuo. Un hombre complejo bien
retratado en su psicología.
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