Es una peli muy simpática, muy atractiva,
pero necesitada de, qué se yo, tres o cuatro o seis horas de metraje.
Aparecen muchos personajes, muchos rostros
conocidos, que apenas tienen desarrollo y cuyas historias se quedan en meros
apuntes. Son 27 horas en un estudio de cine. Poco más de un día. Seguimos al
productor y los líos con los que tiene que lidiar. Hoy es, simplemente, un día
más.
Productores, directores, guionistas, extras,
actrices y actores. Josh Brolin, George Clooney, Scarlett Johansson,
Frances McDormand, Ralph Fiennes, Tilda Swinton. Apariciones fugaces, buenos momentos, pero
todo demasiado efímero, demasiado irrelevante.
Hay grandes escenas: Si fuera tan fácil, el submarino, el peculiar grupo de estudio.
Joyas verdaderas a las que le falta una mejor trabazón.
Lo que me sorprende, mucho, es su fuerte
simbología religiosa (incluida la música de Carter Burwell). El productor es católico y mucho de su mundo se articula
alrededor de la… fe. Sí, fe, esa palabra que Clooney olvida.
Pero hay un hombre que cree. En Dios, en las
personas, en que su trabajo merece la pena. Aunque en otros le paguen mejor,
trabaje menos horas, sea más fácil.
Muy Coen, plagada de cinefilia. No sé
si el gran público entrará fácilmente.
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