3/1/15

Descifrando Enigma

A estas alturas Benedict Cumberbatch no necesita demostrar que es un gran actor. Así que demuestra que va sobrado, que hace lo que quiere.
La película es él. Él interpretando a Alan Turing. Más de dos horas de duración que no aburren nunca porque se sustentan en su interpretación y diálogos.
El problemilla es que se trata de una película británica por entero, para lo bueno y para lo malo. Ya sabes: esa ambientación Downton Abbey de la que no escapaba ni Harry Potter, esa dirección pulcra y segura pero convencional y, sobre todo, la idea de que podría convertirse en una obra de teatro modificando un par de cosillas.
Porque indaga en Turing, en su compleja psicología que Keira Knigthley resume bastante bien en dos palabras: frágil narcisista.
Me gustó lo de la elección de personal a través de crucigramas. Soy partidario de implementarlo con más frecuencia.

1 comentario:

muma dijo...

La historia atrapa, por la trama y personajes tan particulares, pero también por la forma de contarla. Una de esas pocas películas recomendables para todo tipo de público.