-¡Podríamos haber muerto de neumonía! Seguro
que a tu novia no le habría gustado.
Años 20. Stanley es un prestigioso mago de
gira en Berlín. Allí recibe la noticia de una espiritista infalible llamada
Sophie. Stanley, como en otras ocasiones, decide viajar a la Provenza para
desenmascararla.
Película flojita de Woody Allen. Es
agradable pero le falta chicha, humor y todos esos diálogos brillantes. Es
repetitiva a la hora de exponer, una y otra vez, cómo Stanley está dispuesto a
destapar la falsedad de Sophie afirmándose en su racionalidad.
Me gusta el diálogo de Stanley con su tía,
tras el accidente, cómo ella le va mostrando dónde tiene puesto en realidad el
corazón. Colin Firth interpreta bien a ese racionalista orgulloso de sí
mismo.
Más que una de Woody Allen parece Orgullo y prejuicio ambientado en la
época flapper.
-Eres más bonita a las 8:20, en verano, cuando la
luz se está desvaneciendo.
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