27/11/13

Centauros del desierto

Creo que es la cuarta vez que la veo y siempre le encuentro algo sobrecogedor. Aunque conmigo estaba alguien que la había visto unas 25 veces.
Recuerdo que la primera vez fue un choque. Tenía la sensación de estar viendo La Odisea o La Ilíada o algún cuento perdido de la mitología griega.
John Ford estaba rodando la mitología del Oeste, un espacio donde se necesita ser algo más que humano, un semidiós, para sobrevivir.
Los personajes van, vienen, deambulan, conocen gente, la pierden, se reencuentran. Una manada de bisontes puede enloquecer al mismísimo John Wayne como si fuesen sirenas y Helena de Troya se llama Natalie Wood.
No pretendo establecer paralelismos. Es sólo el aroma, el ambiente, un hálito. Es la historia de unos tipos movidos por una obsesión. No importa que esa obsesión sea elevada o rastrera. Da igual. Es lo que les impulsa y ningún obstáculo importa. Morirán en el intento.
-Un hombre sólo puede hacer un juramento en su vida.

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