5/12/12

Sin frenos

Los frenos son la muerte.
Y, fiel a ese lema, David Koepp lanza la película a un ritmo enloquecido. Un mensajero en bicicleta por New York, perseguido por un poli corrupto.
El guión no tiene mucho fundamento, pero es lo de menos. Ya sabíamos que a Koepp le encantan los movimientos imposibles de cámara, deslizar travellings por lugares inverosímiles. Y es lo que hace: un ejercicio de estilo para demostrar lo bonito que queda eso de mover una cámara a todo trapo por entre el tráfico neoyorquino.
Inverosímil, enérgica, rápida y entretenida.
Para pasar el rato, especialmente si a uno le gustan las bicicletas.
Entre los títulos finales hay una breve escena que advierte a los niños de que no hagan esas locuras en casa. Queda claro que no es tan fácil.

No hay comentarios: