10/10/10

Wall Street: El dinero nunca duerme

Gordon Gekko sale de la trena y, en su ausencia, han aparecido nuevas especies de tiburones.
Estamos en vísperas de que estalle la crisis y él promociona su nuevo libro.
Su hija no le habla. Dirige un periódico digital. Va a casarse con un broker. El novio necesita 100 millones para una empresa con futuro. La madre de él está subida al dólar de la burbuja inmobiliaria. Hay un banco jugando sucio para hundir las energías limpias.
Hacerse viejo no es para nenazas.
El dinero no importa. Sólo la competición: la venganza, hundir a otro, mandarlo a la cárcel, arruinarlo. Volver a empezar.
El guión me parece fabuloso: buenas frases, diálogos afilados con doble sentido, argumento bien elaborado...
Está claro que después de World Trade Center, Oliver Stone se ha vuelto blandito. Qué escena final tan encantadora y familiar. Con burbujas que van a estallar, vale, pero la sensación es de esperanza y alegría.
Wall Street: El dinero nunca muere posee un guión tan bueno (aunque con alguna evolución de los personajes un tanto precipitada) que podría haberse convertido en algo cercano a El Padrino, cambiando mafiosos por banqueros. Culpa del director no ser capaz de conseguirlo.

2 comentarios:

edp dijo...

He leído críticas feroces. De hecho, creo que la tuya es la única positiva. Lo de El Padrino no será un pelín exagerado, verdad?

Individuo Kane dijo...

A ver: no hay asesinatos feroces ni sangre. Son criminales de guante blanco.
Pero, de fondo, soterradamente, hay algo de ese espíritu. Aspira a acercarse a ello, sin lograr asomar. Gekko es un tío capaz de robar 100 millones a su hija para hundir a su rival: ¿no es eso muy "padrinesco"?
El póster, por ejemplo: ¿no pretende eso también?
Y, desde luego, no lo logra. Y es una pena. No es una buena película. Pero no es mala. Y como no es mala no he querido machacarla.