Tenía ganas de probar el 3D y, obviamente, sólo era cuestión de tiempo. Había que encontrar algo que justificara los ¡¡¡8, 50 euros!!! de la entrada. Lluvia de albóndigas no lo justificaba. Pero Lluvia de albóndigas, más los tráiler de Avatar y Alicia en el país de las maravillas, más una tarde desapacible inicio de un puente, más la novedad en sí, me pareció justificado.
Ya diré algo de Lluvia de albóndigas.
Hoy le he estado dando vueltas a lo del 3D.
Puedes gastarte 8,50 euros por la novedad o si la película es muy buena. El tráiler de Avatar y los comentarios que se han hecho sobre ella, parece que justifican, hasta cierto punto, gastarse ese dinero cuando se estrene. Quiero decir que, cuando ves la cabeza silueteada de Sam Worthington y te dan ganas de decirle que se aparte, que no te deja ver al ser encerrado dentro de ese tanque de soporte vital, es que algo de bueno tiene esta tecnología.
Realmente me parece muy impresionante que la profundidad de campo deje de ser algo que presuponemos para convertirse en algo que vemos.
Ahora bien: un cine no es un parque de atracciones. A no ser que, como en los parques de atracciones, tengas acceso a todas las atracciones. Salvo excepciones, ¿vale 8,50 euros una película? ¿Tiene sentido ese precio? Actualmente la gente no está dispuesta a pagar algo más de 6 euros. Prefieren descargarse cine de internet aunque la calidad sea mala porque se valoran otras cosas por encima de las cuestiones técnicas.
Así que, mirando al futuro, suponiendo que lo que se prentenda sea hacer todo el cine en 3D, ¿hay alguien que de verdad apueste por la sostenibilidad de esos precios? Creo que si todo el cine se hace en 3D habrá que abaratar. Y si no se abarata, deberá considerarse el 3D como una rareza, como quien va al zoo muy de cuando en cuando en cuando.
8,50 euros se acerca más a la idea de ocasión especial y público específico (teatro, ópera) que a la idea de entretenimiento popular que se supone que políticos, productores, distribuidores y exhibidores suelen promocionar.
Tal como yo lo veo sólo hay dos opciones:
1- Pelis caras, pocos títulos, precios de la entrada altos, menos salas de cine, público ocasional.
2- Precios más baratos.
¿No se han parado a pensar que, a la mayoría de la gente, el precio de alquiler de un DVD ya le parece excesivo?
Y ya que estamos inmersos en una sociedad censora, próximamente se bloquearán páginas de descarga y se cortará internet a los malvados. ¿Será esa la solución para que paguen los 8,50 euros quienes no pueden permitirse el lujo de pagarlos?
Porque, vete tú a saber. Igual el problema es que tenemos 4 millones de parados, sueldos bajos, medio país hipotecado y la gente, para entretenerse, no encuentra otra cosa que internet.
O igual yo soy más corto de lo que pensaba y lo que hay que hacer es seguir llenando los bolsillos de privilegiados intelectos como el de Ángeles González Sinde.