14/5/06

Lo estoy pensando, pero estoy cansado de pensar.

Eso decía Andrés Calamaro en una de sus canciones. Creo que en ninguna otra película se aprecia esto de un modo tan evidente como en Primer. Seguro que la cuántica io comparte plenamente mi opinión. La conversación entre dos seres humanos cualquiera es así: -¡Primer! –un bufido de admiración mientras menea ligeramente la cabeza-. ¡Qué pasada de película! Tendríamos que verla otra vez. -Sí. Era una liada descomunal. -Lo mejor es cuando te das cuenta que el tío con los auriculares, sentado en el banco del parque, ya estaba repitiendo conversaciones del futuro. Habría que verla… -O del pasado. -No. Del futuro. La vemos otra vez y verás… -Depende de cuál de las 8 líneas temporales consideremos como presente. -Bueno, sí. Habría que verla otra vez para saberlo. -Vale. Voy por ella y la vemos. Total, dura 75 minutos… -Na, es igual. Coge King Kong. Y todo el mundo admite que es alucinante, sorprendente, mareante y deconstructivante. Pero no sé que tiene esta película que nadie está dispuesto a tragársela otra vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo tampoco. De momento